(Un salón de una casa bastante lujosa, se ven; una
televisión, una mesa, un sofá, dos sillones y una ventana con una
cortina de terciopelo granate. En uno de los sillones que está al
lado de la ventana se encuentra una anciana que mirando a la
televisión que permanece apagada comienza a hablar)
- Soy vieja, vieja y fea. No aproveché mi juventud, yo
era joven y hermosa, y él era joven y robusto. Era el hombre que
toda mujer sensata hubiera deseado. Él...él... me deseaba y yo
también le deseaba a él, pero tuve miedo, no tuve valor, no fui
capaz de entregarme a él como cualquier otra mujer hubiera hecho en
mi lugar, por eso se entremetió otra mujer, otra que sí que era
capaz de darle lo que él quería, ella se le entregó y fueron
felices, y son felices hasta ahora porque esa mujer después de
entregarse se quedó embarazada y por ese embarazo decidieron que lo
mejor que podían hacer era casarse, aunque él no quería, pero su
padre fue el culpable, su padre le obligó, ella estaba muy
ilusionada, tan ilusionada estaba que invitó a todos sus amigos a la
boda, a todos, y no se dio cuenta que también había invitado a una
amiga que ya no le consideraba como tal, a una amiga a la que había
traicionado, que había traicionado con ese hombre, con el hombre con
el que iba a contraer matrimonio, y por desgracia esa amiga era yo,
pero si esa vez hubiera accedido a sus deseos ahora; ¿yo podría
ser esa mujer? Quien sabe, nadie lo sabe ni lo sabrá nunca, porque
ese día no accedí.
Algunas mujeres se contentarían con las riquezas que yo
poseo, pero yo creo que la riqueza no debe ser malgastada por una
vieja sola que todos los días se lamenta por un solo día que
maldecirá toda la vida, maldigo ese día todos los días pero nunca
desaparece, a veces hasta sueño con ese día; a veces sueño que al
decirle no, él me pega una bofetada y yo huyo de él corriendo,
llorando, y repitiéndome a mi misma una y otra vez que no deseo
verlo nunca más, y otras veces sueño que acepto y me entrego a él
y somos felices para toda la vida, tenemos pequeñuelos, un perro de
mascota que protege a nuestros hijos cuando no estamos, un mayordomo
que nos facilita la vida a todos, pero que en el fondo es uno más de
la familia, y finalmente mis riquezas, para malgastarla entre toda la
familia; así sí merecería la pena malgastarla. Pero no fue igual
que ninguno de los dos sueños, ni si quiera fue parecido. La verdad
es que fue una situación extraña, pero más que extraña fue
vergonzosa. Yo le dije que no estaba preparada para eso, que era
demasiado joven y que había un riesgo muy grande. Pero la verdad es
que tenía miedo, solo era eso, miedo. No era demasiado joven para
eso, o eso es lo que pensaba yo, puesto que tenía 16 años y él
18, era mayor de edad y yo tenía que haberlo entendido, él quería
que yo le entendiera y no lo hice. Él me dijo que me entendía y que
no pasaba nada malo porque yo no quisiera, pero tenía una cara de
decepción que le llegaba hasta el suelo y yo me sentía culpable,
culpable de todo lo que le pasara desde ese momento en adelante, de
toda su vida amorosa. Pero gracias a Dios él pudo vivir con su
familia, la familia que yo deseaba, y todo por ella, no me gusta
decir nada malo de las personas pero esa mala pécora fue la
desgracia de mi destino, ya que todo lo malo comenzó después de
todo eso, después de ese día. Pero ¿y ahora?, ¿qué debo de hacer
ahora? No lo sé. No tengo a nadie, estoy sola, sola en este mundo
que para mí nunca acaba, y siempre me hago la misma pregunta, la
misma pregunta todos los días corre por mi cabeza, ¿cuándo
acabará?, ¿cuándo acabará este mundo para mí? Todos los días
cuando amanece me pregunto si algún día moriré, la muerte, la
muerte es mi destino, pero ¿cuándo llegará? No lo sé, no sé
nada, soy solo una vieja que vive sola y que para colmo de su
desgracia el hombre que se le escapó vivía a una manzana de ella.
¡Oh...!
(se lamenta la anciana), (en ese momento se levanta y
encima de la mesa que tenía a su lado coge un marco con una foto en
blanco y negro en su interior).
- (mirando y acariciando la foto como si fuese una imagen viva y real) este era mi amor, el amor que perdí y que nunca podré recuperar porque murió, murió en un accidente de coche cuando volvía con toda su familia de veranear, ellos solamente sufrieron heridas, algunas graves, otras no, el hijo pequeño estuvo a punto de morir, pero al final sobrevivió; y él... él se llevó toda la desgracia, pues no tuvo mucha suerte en la vida, lo tenía todo, todo lo que uno puede desear en la vida; una casa hermosa y grande, una familia que lo adoraba un padre que le concedía todos los caprichos y que él quería... Pero le quería demasiado, miraba tanto a su deseo de que su hijo viviera rodeado de lujos y de que tuviera una vida perfecta que no miró a lo que él quería, ya que él me quería a mí, me amaba tanto como yo le amo a él, a veces llegué a pensar que incluso más, pero él nunca hubiera decepcionado a su padre. Nunca le hubiera hecho pasar un mal trago a su padre, nunca, le conozco y sé que lo hizo por él, se casó con ella por no decepcionar a su padre y lo sé, su padre le dijo que no era de gente normal dejar embarazada a una mujer y luego no casarse con ella, que no le parecía bien, que qué ejemplo iba a dar a su hijo y que qué pensaría la gente, eso es lo único que era su padre: apariencia. Apariencia que siempre engañaba lo que eran. Por muy poco dinero que les quedara para comer, ellos tenían que vestir bien, tener una buena casa y tener una buena educación, todo era apariencia pero no me importaba porque lo amaba, y aún lo sigo amando. Nunca dejaré de hacerlo. Pero al final de todo llegas a una misma conclusión, la conclusión de que todo ha pasado, la conclusión de que el tiempo no se puede echar hacia atrás y de que lo pasado, pasado está, pero como siempre he dicho; él fue el amor de mi vida y nunca lo podré olvidar, nunca podrá ser borrado de mi mente y nunca desaparecerá de mi cabeza, porque siempre está ahí dando vueltas hasta ser mareado.
¿Por qué yo?, ¿por qué a mí?, me preguntaba siempre
hasta obtener una contestación, aunque siempre dejaba de pensarlo
porque no tenía la respuesta, la respuesta a esas preguntas, y como
nunca las obtuve, nunca las tendré, quien sabe... quizás en la otra
vida pueda reunirme con él y también puede que allí nos dejen
vivir en paz y vivir juntos para siempre y entonces sí que de verdad
será para siempre, para siempre jamás. La verdad es que ésta es
una buena conclusión que nunca había llegado a pensar, muy buena
conclusión.
(la anciana calló un rato y tras estar un momento con
una cara un tanto pensativa decidió levantarse, dejar la foto en la
mesilla y se encaminó hacia la cocina y de nuevo comenzó a hablar)
- tanto tiempo en la vida buscando la solución y la encuentro ahora, cuando ya soy vieja y tonta, pero da igual porque ya pronto me reuniré con mi amor de toda la vida, con la persona a la que más amo.
(Miró hacia el techo y con un cuchillo que había
sacado momentos antes de un cajón y se lo clavó en corazón justo
después de pronunciar estas palabras)
- ¡por ti lo hago mi amor!
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